Por la idea loca de señores feudales y duques que se dividían los territorios, la parte belga de la ciudad se llama Baarle Hertog, y la holandesa Baarle-Nassau.
Unas linea de baldosas con cruces cortan la ciudad en dos mitades, pasando por bares, habitaciones y patios. Dado que las leyes holandesas obligan que los restaurantes y bares cierren a una hora determinada, los clientes tienen que seguir la noche en el bar de al lado, al otro lado de la frontera.
Unas linea de baldosas con cruces cortan la ciudad en dos mitades, pasando por bares, habitaciones y patios. Dado que las leyes holandesas obligan que los restaurantes y bares cierren a una hora determinada, los clientes tienen que seguir la noche en el bar de al lado, al otro lado de la frontera.
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